Mudanzas

Cuánta cosa ha pasado… las cosas son diferentes y no siento que corro, más bien vuelo :p

Para iniciar, voy a decirlo claramente: quiero a mi recicladonovio. 
Otra vez. 
Y estoy aprendiendo a quererlo sin miedo. 
Difícildecreer.
Pero, más más: difícildelograr. 
En una muestra de compromiso y confianza, me agregó a su feisbuc. 
Para mí, muestra indispensable de su fidelidad y honestidad. [Un poco muy estúpida, la verdad]

Pero he de confesar que, antes de eso, yo… en una muestra de totaldesconfianza apliqué mi última osadía de noviapsicópata. Tipo la ocasiónhacealladrón… me aproveché de la situación. Creo que ese día salimos con mis primos. Mi novio, imagino en un ataque de euforia, que se pone hasta las chanclas (raro en él, por supuesto). Jajaja. Entonces, llegó la hora de dormir... no hay poder humano que lo despierte en ocasiones como ésta. Yo, presa de mi naturaleza humana y víctima de mi ingrato y descompuesto reloj biológico desperté puntualísima 3:00 a.m. al baño. Regresó y un odiado “tilín” de su cel desata mi paranoia. Ni tarda ni perezosa. Allá voy. Me sumergí en su mundo… el imaginariamente cruel, despiadado e infiel que mi mente había creado. Sorpresa. bbbbbbbbbbb nada de lo que yo imaginaba. Y eso que revisé feisbuc, amigos, mensajes, notificaciones, watsaps, mensajes, llamadas, fotos, videos… casi me amaneció. Jajaja.

Incrédula aún me dije: o éste ya me habla con la verdad, o es bien listo y elimina las pruebas del delito. Jajaja. Finalmente, me declaro culpable. Culpable probablemente haberle acabado su saldo navegando por su cel. Y culpable de haberlo satanizado junto a su feis, sus amigas, sus mensajes y sus blablablá. Pobre inocente hombre. Heeeeeey. Jajaja. Como dice aquel poema popular: la burra, no era arisca… jajajaja.

En fin, parece que en nuestra vida, también los malos historias se mudan. Como nosotros. Por fin encontramos la casa de nuestros sueños. Y en esas andamos. Ya tiempo atrás, comenzamos a re-comprar nuestras cosas. Ya en casa de mis papás (se siente raro no decir: mi casa), no cabe un alfiler: comedores y sillas apilados, estufas, refris, salas, mesas de centro, camas de lOlO, tiliches y utensilios varios.

La cosa no es tan fácil. Primero, me costó trabajo no disponer totalmente de mi dinero. Sufrí cuando recibí el aguinaldo y no me fui como loca a gastar en ropa y zapatos, sino que se quedó guardado, para lo que hiciera falta… Luego, ahora que estamos en proceso de mudanza, me doy cuenta que sí haría falta, eso y más. La mudanza y la independenciacondiezañosderetraso es cara. La casa de nuestros sueños, resultó con detalles que nos están desfalcando, cosas que parecían insignificantes, al final suman pesos y pesos. A este paso, voy a tener que cambiar mi imagen de portada del feis. La puse en año nuevo: un frasco con pesos y un letrero: para lo que haga falta. Hice alusión al hábito que recién descubrí: ahorrar (esa palabra no existía en mi diccionario) (jejeje). En fin, pronto voy a cambiar el letrero, por uno más adecuado: con lo que guste cooperar. Jajaja.

Los miedos se van venciendo poco a poco. 
Queda uno: ¿qué voy a hacer si un día despierto y no tengo ganas de verlo?
¿Si no lo aguanto las 24 horas? 
Fueron muchos años de libertad también para mí. 
Pero la vida, me los resuelve: la casa de mis sueños, tiene una tercera recámara. 
Traducción: cuando no quiera verlo, que se largue al cuarto de las visitas y asunto resuelto. 
Jajajaja.


… y contando futuras patoaventuras.

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1 Comments

  1. Cuando no quieras verlo será tu teléfono el que suene a las 3 AM. Pero eso esperemos que no ocurra!

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