El viernes por la mañana,
recibí un correo de tipo autosuperaciónpersonal: “Compañeros: les comparto algo
que leí…”.
Los compañeros eran dos desconocidos y yo.
En resumen, decía que uno
prácticamente pasa la vida a ciegas. Que la vida hace de nosotros un papalote y
no ponemos resistencia. Que hay que tomar control y decidir el camino que
queremos llevar. Que cuando uno lee un libro, hay que elegirlo para un
propósito específico.
Interesante.
Muy.
Me gustó.
Pero, principalmente, me
sorprendió.
Era Él.
Le respondí un “megustóygracias”… pero, diciendo que no
estaba muy de acuerdo con sólo leer libros con propósito, y dónde queda el
placer y la aventura imaginaria. Que la mayor parte de los libros que me
aviento, no son de propósito, que son más bien “nomás por joto” como el chiste
del elefante que quiere unas pestañotas. Y que, por cierto, el libro en el que
estaba, me recordaba a Él y sus feas. Pero, que la lectura, además de relax,
sirve para aprender nuevos estilos y palabras domingueras que adornen mi
trabajo: porque MARAVILLA de trabajo, ME PAGAN POR ESCRIBIR :D (me encanta). Pero
que tal vez tenía razón… debía pensar qué leer y dejarme de tanta basura que me
aviento, aunque había basuras muy buenas.
Le conté lo que me dijo un maestro
una vez que expuse en una clase y todos quedaron con cara de ?, además de la
exposición, había que entregar un ensayo del tema. Y el maestro me puso una
nota en mi trabajo revisado: usted es mil
veces mejor hablando que escribiendo. Tooooooooooin. Y que todo el cuento,
para decir “graciasymegusta”, por lo tanto, lo habría notado: no hablo, pero
escribiendo me desato.
Se rió.
Me dijo que no leyera
libros que fomenten fantasías. Que mejor leyera un libro de cocina.
Me jodió.
Contesté:
¿De cocina?, ¿quieres que tenga pesadillas?; es más, ¿qué es cocina?
Rió.
Que no me quiere con pesadillas,
sino con dulces sueños, que son los que le importan (SUSPIRO).
Sí claro, esto
último lo inventé.
Sólo dijo que no me quiere con pesadillas.
Ja!
Y me pasó el
dato la lectura completa, que a él también le había gustado.
Y otro correo: y me gusta leerte :)
Yo, me fui a las nubes a dar un
paseo.
Anoche lo soñé…
Algo curioso
y agradable después de un fin de semana DEEEEENSO.
Lo volví a ver, aunque en sueños y se lo
conté.
Aunque omití partes deprimentes (ajajaja).
El sueño: estaba yo afuera de
la casa que le inventé y llegó para encontrarme. Con pantalón de mezclilla y
sudadera. Y abundante cabellera. [Omití contarle la vestimenta. Y la cabellera]
[O sea, por la cabellera, debió ser en tiempos preparatorianos]. Había
recargado en la pared una reja con paletas de hielo amarradas y cubos de hielo
entre los barrotes.
Va la primera ridiculez: me decía que eran las paletas de
un amigo, que se las habían encargado y que él las había puesto en su
refrigerador sustentable… mismo que se derretía sobre el pasto en el que
estábamos parados.
Y acá otra ridiculez.
Lo que no le conté: nos íbamos
caminando. De la mano.
Me sentía feliz.
Luego, reconocí calles… estábamos por
la casa de mi novio.
Me sentí angustiada, no quería soltarlo, no quería que se
fuera.
En algún punto del sueño, no era Él al que tenía de la mano, era mi
novio.
El sueño se convirtió en pesadilla… pero no me acuerdo lo que pasó.
A Él y a mí, nos gustan las
historias de una desconocida que publica en internet.
Escribe maravillas.
Inteligente.
Poeta.
Profunda.
Y sólo habla de su vida.
No es constante, por eso si aparece nueva historia, el que la
encuentre primero se la pasa al otro.
Hoy que desperté soñándolo, me acordé y
visité la página.
Desapareció.
La tipa borró la página y su contenido.
Hoy le escribí yo.
Le contaba las
partes no suprimidas del sueño, lo de la desaparecida y lo que me había quedado
pensando:
Sofíadelmar desapareció su blog. Canijaentodosuderecho.
Paso adelante. Y me quedé pensando… Todos se van, se desagrupan, siguen su
camino. ¿Cuándo me atreveré yo? Bueno, pues. Era lo último de hoy.
Ya no TE
interrumpo más MI tiempo.
Jaja.
Y contesta, como calmando el
ánimo: gUen… nadie desaparece… sólo se dan un
descanso; o como yo he dicho “cansados de alimentar falsas ilusiones o
esperanzas”. Hay que poner los pies en la tierra, mientras se pueda…
Pensó tal vez que lo decía
por él, porque se fue del infrafeis.
Pero no hablaba de él.
Hablaba de mí.
Tiene razón, hay que poner los pies en la tierra… porque el tiempo es cruel.
Aunque es padre SOÑAR(-lo de la mano). Jajaja
¿Ves? no puedo poner
los pies sobre la tierra, ojalá nunca pueda.
Mi blog tiene qué ver con eso… con lo que nunca he podido.
Con el
olvido que no acepto.
Por eso el título.
La descripción (que borré) decía: “No he podido… lo
intento, vibro, me quiebro y me siento tan pequeña. Te pienso… tan fuerte, tan
lleno de luz, tan lejos. Vibras, pero no te rompes. No puedo, y ojalá nunca
pueda”. [Olvidarte].
Le respondí:
Bueno, hablaba de mí.
De que
me duelen las partidas y despedidas.
De que no las supero.
De que sigo rondando
a la misma gente, las mismas cosas, los mismos pensamientos.
Que la gente se
atreve a abandonar puntos de partida para seguir caminos y construir algo.
Pensamientos positivos y a favor. Poner los pies en la tierra cuesta trabajo.
Mucho.
¿Te digo algo? En estos
últimos correos te “leo” lleno de luz… espero que alumbres muchas
inconsciencias [como la mía] [tooooooin].
Algunas veces, (por decir algo) te he
dicho “hola” y me dan ganas de salir corriendo.
No esta vez.
Hace muchos pero
muchos años, te vi en la calle, en un alto. Y me quedé observándote [Tienes
razón, creando fantasías][lo voy a recordar la próxima vez].
Y por algún motivo
del que ahora no me quiero acordar, me sentí aplastada. (Se lo dije
disfrazado)Te pienso… tan fuerte, tan
lleno de luz, tan lejos. Vibras, pero no te rompes. Yo no puedo.
Pero a
veces, la realidad es otra.
Porque no siempre quiero… ojalá nunca pueda.
Y todo
por lo mismo: no me gustan las partidas, ni las despedidas, ni las
desaparecidas, ni las vacaciones, ni los descansos que la gente se toma jajaja.
Aunque estén en su derecho.
Imagíname:
Parada con los brazos cruzados, con cara
gestosa y pataleando al ritmo de: que-no-y-que-no.
No quiero y no quiero.
No quiero que nadie se vaya nunca.
Yo no puedo, no quiero y ojalá nunca
pueda olvidar a la gente.
Respondió:
JAJAJAJA. Sí gUen, me siento como bombilla de 100
watts, pero me gustaría ser un foco ahorrador, de esos que con poco dan mucho y
duran más.
Me siento como alguien se siente cuando no busca lo que no
tiene, que no espera recibir nada de nadie. Creo que sólo vivo.
[uffffffff!... costó trabajo, pero lo logró] [espero que no sea bipolar como yo] [hoy sí] [mañana no] [pasado tal vez]
yO:
bUeno fOco... nada más no encandiles. Ahorrador. Y sustentable. Como tu refri de paletas.
éL:
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA. Ok, Ok. =)
Risas.
hOy lo quiero.
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